Ese día, el diecisiete de enero, está ligado a mi infancia.
La casa donde nací y crecí había sido un antiguo convento donde llegaron a convivir hasta trece monjes. Era una casa grande y en los bajos estaba la capilla de San Antón que aún conservamos.
Era un día de fiesta , sin cole. De tocar la campanilla por la calle, de vecinos, de "bocaditos" de nata, de apagar y encender velas en la capilla, de subir y bajar escaleras, del "mosen", de leer el diario del Altoaragón porque salía mi padre, de escuchar su entrevista por la radio y sentirme orgullosa de él.
A Candela le encantó la visita con sus compañeros de clase y volvió contando todas las anécdotas que la experta guía les enseñó. Cuidad mucho este pequeño tesoro que tenéis.
ResponderEliminar¡Qué maravilla tiene que ser haber nacido y crecido en una casa con tanta historia!!!!!!!!! me encanta esa portada y esa capilla, nos deberías mostrar más rincones que seguro los hay preciosos.....y por cierto, adoro los bocaditos de nata! Un besazo Salas!
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