En Notre Dame muchos compramos monedas que al llegar a Huesca he engarzado en gargantillas. He hecho trece, todas en los mismos tonos pero todas diferentes.
Siempre hay algo que rompe el silencio y estalla en mil gritos. La mejor forma de reconciliación la encuentro dando importancia a los pequeños detalles, haciéndolos míos , creando pequeñas composiciones buscadas de aquí y allí, con algo artesanal, un corazón de pasta de sal, unas letras,un trozo de cuerda,bisutería,unas alpargatas....Cualquier material que entre en mi vida de repente, sin reflexionar.
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Que buena idea!!!! quedan preciosos.
ResponderEliminarMe lo cuentan y no me lo creo. De estas monedas has hecho unas gargantillas maravillosas. He visto tres modelos y todos son ideales,... os lo aseguro.
ResponderEliminarEstás hecha una artista. (No descubro nada nuevo, verdad???.
En trabajos como éste es donde se ve la calidad de un artista. De ésta monedas, que en principio sólo parecen un recuerdo de París, has hecho unas gargantillas preciosas. He visto tres modelos diferentes y os aseguro que son preciosas.
ResponderEliminarNo es que sea pesada, es que he pensado que no se había publicado el primer comentario.
ResponderEliminarPerdón.
Mira, este correo me está volviendo loca, no se si se publica o si lo tengo que volver a escribir.
ResponderEliminarEva, queda claro que te han gustado las gargantillas,je,je... La verdad es que a mí me pasó lo mismo, cuando Salas dijo en Notre Dame que cogía monedas para gargantillas no me hice a la ídea pero la verdad es que han quedado preciosas, a mí la mía me encanta y como todo lo que hace totalmente exclusivo!!!
ResponderEliminarJajaja, que simpática Eva!! Me ha hecho reír de verdad!
ResponderEliminarLa gargantilla es preciosa!
Un bsazo.